CLICK HERE FOR THOUSANDS OF FREE BLOGGER TEMPLATES »

jueves, 1 de mayo de 2008

Merodeando por los microtextos

-Adoro el sonido de sus pasos al marcharse-esa fue la ultima frase que le oí decir antes de que se fuera para no volver.
Se hizo todo un hombre antes de que supiera que debía marcharse de aquí, ya que no
tenia sentido seguir aguantando las palizas del tío Tom si no había nadie a quién proteger, si nuestra madre había muerto.
No se en que momento se lo planteó, pero fue curioso, no se llevo nada, ni una muda
limpia, tal vez cogió algo de la nevera pero si eso fuese así ni el tío Tom ni yo lo habríamos notado.
Ni unos míseros calzoncillos, ni unas monedas para un café, para coger el autobús, nada.
Por la noche antes de ir a dormir me encontraba tembloroso y bastante apenado, pues a pesar de no haber indicio alguno tenia una mala sensación en el estomago que me indicaba que se había marchado para siempre, que me había abandonado a merced de ese loco abominable que había destruido nuestra infancia, nuestros corazones y aplastado nuestra fe.
Arranqué las sabanas de la cama iracundo y cuando levanté la almohada para golpearla con todas mis fuerzas vi un trizo de cartulina blanca, era un billete de tren con
destino a Chicago en el que ponía escrito con tinta roja: Las estatuas no lloran.
Jamás cogí ese tren y ese día el tío Tom tampoco volvió a casa.


(este texto es el resultado de un ejercicio que me gusta practicar y consiste en escuchar una cancion en un idioma extranjero y escribir que te sugiere aunque no tenga nada que ver con la letra original, esta en especial se me ocurrio con walk away de Franz Ferdinand)

Noemi

No hay comentarios: